Tras varias investigaciones y observaciones, científicos han
llegado a la conclusión de que la acumulación de aluminio en el cerebro aumenta
el riesgo de sufrir la enfermedad de Párkinson.
El cúmulo de aluminio en el cerebro se produce por un
proceso natural y debido a la edad. Este metal, por si solo, no provoca la
enfermedad, pero si se da en tasas muy elevadas hace que la actividad de
"lucha" que llevan a cabo las enzimas contra ciertas sustancias
conocidas como radicales libres, comience a diminuir, provocando que aumente el
ataque de éstos contra las neuronas relacionadas con el sistema motor.
También es importante destacar, que el mero contacto físico
con objetos de aluminio no incrementa el riesgo, pero lo que si que es
peligroso y se debe de tener en cuenta, es su ingesta e inhalación.
Este metal se emplea, por ejemplo, en ciertos fármacos como
son los antidiarreicos y antiácidos, por ello, no se deben consumir
abusivamente; también se puede encontrar en cosmética, perfumes y en ciertos
utensilios de cocina que si están en contacto con alimentos en medios ácidos y
a temperaturas elevadas, se puede acumular el aluminio en éstos.

Para finalizar, es importante explicar que el aluminio es
eliminado por el cuerpo casi al 95%, pero en personas con problemas renales, se
acumula en mayor cantidad, por lo cual, tienen más riesgo a desarrollar
Párkinson.
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