viernes, 11 de octubre de 2013

¿Cómo ayuda la Terapia Ocupacional en la Enfermedad de Parkinson?



El terapeuta ocupacional que trabaja con los pacientes de Parkinson debe centrarse en facilitar la ejecución de las tareas importantes de cada día y afrontar los problemas que interfieren en ellas. Estos problemas dependen de la fase de la enfermedad en la que se encuentra y en función de las restricciones tanto físicas como sociales de su entorno, de la medicación, de su motivación frente a la enfermedad, si tiene fatiga, depresión, sensación de frío u otros trastornos motores y cognitivos.

Se recurre normalmente al  apoyo de la Terapia Ocupacional en la fase intermedia y en fases posteriores de la enfermedad.

Los terapeutas ocupaciones que la atención al principio de la enfermedad sería lo más razonable, pues el paciente se iría adaptando mejor a la progresión de su enfermedad.  Y dado que el Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que ocasiona una incapacidad progresiva, se supone que los terapeutas mantendrán contacto con el paciente, sus familiares y con los cuidadores durante muchos años.

Intervención temprana de la Terapia Ocupacional

El objetivo es establecer una comunicación con el paciente y ayudarle a prevenir los cambios y problemas funcionales antes de que aparezcan.  También, se puede utilizar la para recuperar el deterioro subyacente, ya sea de las funciones motoras o no motoras.

La Terapia Ocupacional en la fase avanzada de Parkinson 

Conforme la enfermedad progresa, es necesario realizar cambios en la forma de vida del paciente.  Es importante organizar al paciente una rutina diaria de tal forma que fomente su independencia, su seguridad y la confianza en sí mismo en la mayoría de las actividades de la vida diaria durante el mayor plazo posible.  En las fases intermedia y avanzada de la enfermedad, es importante considerar los problemas de deterioro, las fluctuaciones on-off, así como las discinesias (movimientos involuntarios), caídas y sensación de frío.  Los familiares se convierten en miembros fundamentales del equipo de rehabilitación.  Este es el momento en el que se introducen las adaptaciones en equipamiento y en su entorno habitual: adaptación del baño y la cocina, instalación de ascensores y elevadores para escalera, uso de ropa adaptada y ayudas técnicas para poder seguir realizando lo mejor posible sus actividades de la vida diaria.

Por lo tanto, los terapeutas ocupacionales deben de ofrecer apoyo y tratamiento continuo al paciente de Parkinson para ayudarle a mantener y/o a mejorar su bienestar físico, mental y social.

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